Esta Caperucita Roja me sirve para comentar lo indecisa que me siento respecto de hacer el rostro a las figuras de fieltro.
La costumbre me hace inclinar hacia las caritas planas, de inspiración Waldorf, pero este cuadro -que es un regalo- tiene dos puntitos en lugar de hojos y una suave boca de lana. Mmm, no me convence.
Lo tierno del lobo, en cambio, me encanta. Puede ser que el lobo siempre fue cachorro y ella lo exageró, o que sí es feroz, pero ella se casó con él y tienen una prole que cuidar ja ja ja. Buena suerte Caperucita